Petro y el Cierre de un Ciclo
Anoche después de asistir a la más monumental transmisión de mando que haya ocurrido en la Historia de Colombia, después de la entrada triunfal del Ejercito Libertador, me soñé con Gustavo Petro, estaba con un saco gallineto, se veía más caribe y más se parecía a García Márquez que otra cosa, estaba sonriente, relajado y me saludo con una sonrisa cómplice, me invito con su mirada limpia a acercarme, lo salude y le dije: Señor Presidente, me permite felicitarlo? Y abrió sus brazos para un estrujón como el que 2 o 3 veces puede darle en campañas.
Sentí en esa posesión como corrían varias veces y varias
lágrimas por mi cara, dije este en un man justo, cuando le entrego la banda
presidencial a María José para que en memoria de Pizarro se la colocara, hubo
otro momento de conmoción cuando ordeno traer la espada de Bolívar, que dijo no
envainara… bien lo dijo, algo estaría pasando cuando demoraron la llegada de la
espada; cuando presento a la gente común invitada especial y cuando nos decía
que haría y nos diera a pensar… que sería un Gran Presidente, quizá el más
grande de la historia; algo grande está pasando porque en menos de un mes este
SEÑOR Presidente ya ha dejado huella.
Estuve en los 80 en una reunión nocturna en una finca en
Zipaquirá, era joven, muy joven, allí con otros jóvenes quizá estuvo Gustavo,
el tema era Macondo, pero entre tantos no recuerdo la imagen viva, en varias
oportunidades quizá me cruce con él en la sede de los hermanos Avila, pero el
cruce definitivo fue en el Universidad Nacional, donde Cuesta me presento a ese
muchacho flaco y desgarbado, quizá se quería parecer a Hector Lavoe, eso lo
exprese en mis diseños de campaña después, Petro: el cantante de los cantantes.
Con Cuesta tuvimos la oportunidad de proponerle en varias
oportunidades ser Candidato, entre ellas a la Alcaldia Mayor, con el mismo
Cuesta iniciamos la primera Campaña a la Cámara, allí entendimos que Petro era
un man más interesado en lo importante, en las ideas, que en la sonrisa y en la
imagen, poco caso le hacía a esos temas, no era tan fácil venderle esa idea,
era un hombre intelectual y por ello introvertido, ensimismado y reflexivo.
Luego de la primera campaña presidencial, encontramos en su
oficina prestada por Vernot un Petro triste, solitario, pero ocupándose de
nuevos asuntos, asistimos allí con miembros de nuestra organización Mentes de Colores (Hoy LaGenteDePetro),
organización joven que Petro valoraba y con quienes habíamos hecho la Ola
Multicolor, los paraguas multicolores y muchas otras locuras de innovación
política, entre ellas casi darle golpe de estado a Winograd el publicista. (Petro
siempre dijo que hubiera querido que la Colombia Humana se hubiera llamado
mentes de Colores) Hablamos con Petro y
le dijimos que no se preocupara, que la lucha continuaba y que ahí estábamos
para reiniciar otra aspiración, quedo muy animado y allí quizá nació la campaña
a la Alcaldía de Bogotá, aspiración que reafirmamos proponiéndosela nuevamente
junto con Cuesta.
Muchas veces estuvimos en la calle con él y sin él, buscando
firmas para otra intentona, nos craneanos la campaña extra oficial y exitosa ^Firme
con Petro^, aun ayer varias personas llevaban una camiseta con esta imagen que recorrió
a Colombia.
Ayer viendo a la distancia en las pantallas gigante a
nuestro Presidente y como anónimos ciudadanos, sentimos que algo se había roto,
que algo había acabado, con lágrimas cerramos un ciclo doloroso y alegre a la
vez, agri-dulce, de revoluciones, luchas, conspiraciones y creatividad, de activismo
incansable y de un férreo compromiso a toda prueba, éramos un simple soldado
más de Bolívar ahí entre la multitud, pero sentíamos la alegría y la satisfacción
del deber cumplido y de que habíamos hecho historia, que éramos parte de ella,
que lo hicimos sin esperar un
reconocimiento o un agradecimiento; pero algo faltaba y por eso quizá
corrían las lágrimas… faltaba el flaco y tantas personas comunes que fueron
asesinadas, torturadas y desparecidas en estos años, faltaban muchos amigos y
ese era un daño irreparable, sentimos que nada vale la pena para perder una
migo, un joven, una esperanza, si bien es cierto fueron ellos quienes
heroicamente ofrendaron su vida, nunca dimensionaron o dimensionamos la
capacidad del mal de los poderosos, su desprecio por la vida y nos volvió el
alma al cuerpo, cuando sentimos ese grito de Paz, paz, anhelo de todos y todas.
Se acaban 40 años para mí, más de 40 de lucha, de tristeza y
alegrías; ayer en medio del gentío sentía nuevamente al Libertador haciendo su
entrada triunfal, pero recordé que aun soy un perseguido político, un soldado
herido, abandonado en el campo de batalla en espera de justicia, sino terrenal
divina, con la seguridad que esta ofrenda no será en vano.
Gustavo amigo, estoy contigo, por Colombia, porque cuando me
cruce con ese joven desgarbado y pensativo, entendí que estaba ante un grande y
tome tu bandera y contigo la traje a la plaza, aun con la seguridad que no
defraudaras a nadie y que serás el más grande no solo de Colombia, sino de
América, haz entrado a la comandancia del Ejército de Bolívar que tendrás que
refundar, para luego del descanso del Guerrero, iniciar la gran batalla, en la
que si tú, la justicia y Dios lo permiten, estaremos en la primera línea.
Edilberto Guerrero Ramos 2022
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