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jueves, 14 de agosto de 2025

Claridad global, no mas bochorno alternativo !

 Que esta vez no se impongan mayorías creadas y bochornosas. 



Colombia rumbo al 2026: entre la estrategia total de la derecha y la dispersión de la izquierda

1. Introducción geopolítica: un cambio de alineación y sus efectos internos

En el tablero geopolítico, Colombia atraviesa un giro sin precedentes. El gobierno de Gustavo Petro ha tomado distancia del alineamiento automático con Estados Unidos, buscando diversificar relaciones internacionales con países de América Latina, África y Asia, así como con bloques regionales como la CELAC y la Unión Africana. Este reposicionamiento rompe décadas de política exterior subordinada, aumentando el margen de maniobra, pero también despertando resistencias internas de sectores ligados a la seguridad hemisférica y a intereses económicos transnacionales.

Este cambio no es menor: la política exterior influye en la política interna. El nuevo alineamiento modifica agendas, redefine aliados y reconfigura la narrativa electoral de cara al 2026. Para la derecha, este movimiento se interpreta como una amenaza al statu quo; para sectores progresistas, como una oportunidad histórica que, sin embargo, podría desperdiciarse si no se consolida una estrategia electoral coherente.


2. Escenario político reciente: tres hechos y sus lecturas

  1. Aparente muerte del candidato del Centro Democrático, Miguel Uribe

    • Versiones oficiales hablan de un atentado seguido de intervención médica, pero la ausencia pública del cadáver y la gestión mediática del caso han generado múltiples dudas y teorías en redes.

    • Desde sectores opositores, el hecho ha sido utilizado para reforzar discursos de inseguridad y victimización política.

    • Desde sectores alternativos, se cuestiona la opacidad informativa y la rápida instrumentalización política del suceso.

  2. Prisión domiciliaria de Álvaro Uribe en primera instancia

    • Más allá de la decisión judicial, la narrativa uribista lo presenta como un mártir político.

    • Su confinamiento domiciliario no ha silenciado su voz: declaraciones constantes y participación mediática orientan la agenda electoral del Centro Democrático, buscando cohesionar a su base y proyectar su figura como símbolo de resistencia en 2026.

  3. Asamblea de Colombia Humana y controversia interna

    • La actual presidenta y precandidata Gloria Flórez, junto al vicepresidente Ferney Lozano y parlamentarios con sus Unidades de Trabajo Legislativo (UTL), impulsaron cambios estatutarios con mayorías cuestionadas por sectores de base.

    • Críticos afirman que se consolidó un partido parlamentario, debilitando la democracia nodal y territorial que había caracterizado a Colombia Humana.


3. Estrategia total de la derecha

La derecha colombiana, aprendiendo de derrotas recientes, ha reactivado su estrategia multicanal:

  • Mediática: control narrativo en medios masivos, uso de escándalos y símbolos de victimización.

  • Judicial: instrumentalización de procesos para deslegitimar adversarios.

  • Territorial: fortalecimiento de maquinaria local y alianzas con cacicazgos regionales.

  • Emocional: apelación a la inseguridad, el orden y la tradición como ejes de movilización electoral.

En América Latina, esta táctica no es nueva. Casos como Brasil (campaña anti-PT previa a Bolsonaro) o Argentina (uso judicial contra líderes kirchneristas) muestran que la articulación mediático-judicial-política puede volcar elecciones.


4. La izquierda: dispersión y parlamentarismo

El Pacto Histórico, lejos de articular una estrategia de poder para 2026, parece atrapado en disputas internas y defensa de cuotas parlamentarias.

  • El parlamentarismo se impone sobre la militancia y el trabajo territorial.

  • Ninguno de los actuales precandidatos (Carolina Corcho, Gustavo Bolívar, Camilo Romero, Daniel Quintero, Susana Muhamad, Gloria Flórez, Ali Bantú) logra proyectar, por sí solo, una continuidad fortalecida del proyecto progresista.

  • Se corre el riesgo de que la campaña se limite a defender los logros del gobierno Petro, sin proyectar un plan ambicioso y movilizador para un segundo mandato progresista.


5. Análisis de militantes: crítica interna desde sectores progresistas

  • La asamblea reciente de Colombia Humana mostró una ruptura con la democracia de base, territorial y nodal.

  • La dirección del partido se concentra en manos parlamentarias, reduciendo la participación de liderazgos comunitarios.

  • Es urgente recuperar el vínculo con la militancia real: asambleas territoriales, decisiones vinculantes y mandatos populares a los precandidatos.

  • Colombia Humana debe garantizar que quien aspire a la presidencia sea un representante de un proyecto colectivo y no una figura aislada.


6. Experiencias internacionales: lecciones aplicables

  • MAS en Bolivia: tras el golpe de 2019, recomposición de base, articulación sindical y campesina, y retorno al poder en 2020.

  • Frente Amplio en Uruguay: integración de diversas corrientes bajo un programa común, con disciplina interna para priorizar el proyecto sobre las individualidades.

  • Syriza en Grecia: ascenso mediante movilización social y ruptura con estructuras políticas tradicionales.

Lecciones clave: cohesión interna, trabajo territorial permanente, y construcción de liderazgos colectivos.


7. Propuesta de reorientación

  1. Lista amplia para el Congreso con liderazgos nuevos y experimentados, basada en criterios de trabajo social y comunitario.

  2. Fortalecer la democracia directa y nodal: decisiones desde la base, no solo desde el parlamento.

  3. Mandatos populares obligatorios para precandidatos presidenciales.

  4. Estrategia unificada de comunicación que conecte con el país profundo.


8. Conclusión crítica

Colombia llega al 2026 en un punto de inflexión. La derecha ha demostrado capacidad para articular todos los frentes en una estrategia de poder. La izquierda, en cambio, corre el riesgo de llegar dividida, con liderazgos dispersos y desconectados de la base social.
La victoria progresista no será producto de la inercia del gobierno Petro, sino de una recomposición urgente de la militancia, la unidad y la conexión con las necesidades del pueblo.


La derecha se organiza, la izquierda se entretiene

Mientras la derecha afila sus garras y ejecuta una estrategia total —mediática, judicial, territorial y emocional—, la izquierda colombiana parece distraída en peleas internas y cálculos parlamentarios.

El uribismo, incluso con su líder en prisión domiciliaria, no descansa: controla el relato en los medios, victimiza a sus figuras y se infiltra en el territorio. Saben que para ganar en 2026 no basta con criticar: hay que mover emociones, agitar miedos y prometer “orden” en tiempos de incertidumbre.

En cambio, el Pacto Histórico, en lugar de proyectar un liderazgo sólido y un programa movilizador, se dedica a congresos cerrados, maniobras estatutarias y repartición de cuotas. La asamblea reciente de Colombia Humana fue una fotografía dolorosa: la democracia territorial cedió paso a un partido parlamentario, alejando a las bases que fueron motor de la victoria en 2022.

Hoy, ningún precandidato del progresismo logra encender la chispa de una continuidad transformadora. No porque falten nombres, sino porque sobra dispersión. La derecha, con todos sus defectos, actúa como bloque; la izquierda, como archipiélago.

El riesgo es claro: el 2026 no se ganará con nostalgia de Petro, sino con un proyecto de poder colectivo. Sin base movilizada, sin comunicación estratégica y sin unidad real, la derrota está servida. Y no será la culpa de la derecha, sino de una izquierda que, creyéndose gobierno, olvidó que la política es lucha permanente.

Leído de forma mas directa y con base militante: 

La derecha se organiza, la izquierda se entretiene

Mientras la derecha afila sus garras y ejecuta una estrategia total —mediática, judicial, territorial y emocional—, la izquierda colombiana parece distraída en peleas internas y cálculos parlamentarios.

El uribismo, incluso con su líder en prisión domiciliaria, no descansa: controla el relato en los medios, victimiza a sus figuras y se infiltra en el territorio. Saben que para ganar en 2026 no basta con criticar: hay que mover emociones, agitar miedos y prometer “orden” en tiempos de incertidumbre.

En cambio, el Pacto Histórico, en lugar de proyectar un liderazgo sólido y un programa movilizador, se dedica a congresos cerrados, maniobras estatutarias y repartición de cuotas. La asamblea reciente de Colombia Humana fue una fotografía dolorosa: la democracia territorial cedió paso a un partido parlamentario, alejando a las bases que fueron motor de la victoria en 2022.

Hoy, ningún precandidato del progresismo logra encender la chispa de una continuidad transformadora. No porque falten nombres, sino porque sobra dispersión. La derecha, con todos sus defectos, actúa como bloque; la izquierda, como archipiélago.

El riesgo es claro: el 2026 no se ganará con nostalgia de Petro, sino con un proyecto de poder colectivo. Sin base movilizada, sin comunicación estratégica y sin unidad real, la derrota está servida. Y no será la culpa de la derecha, sino de una izquierda que, creyéndose gobierno, olvidó que la política es lucha permanente.


Conclusión: Recuperar la política desde abajo para ganar desde arriba

Si el progresismo quiere vencer en 2026, debe dejar de comportarse como un club de congresistas y volver a ser un movimiento vivo, territorial y popular. La democracia directa, la democracia de base y la democracia nodal no son un lujo ideológico: son la única garantía de votos reales.

No basta con selfies de famosos ni con nombres que suenen bien en redes; necesitamos una lista larga y plural, construida desde la pertenencia, el trabajo social y comunitario. Líderes y lideresas que conozcan las necesidades de su gente, que muevan masas y que sepan que los derechos del pueblo están por encima de los derechos adquiridos de parlamentarios y sus UTL.

El parlamentarismo por sí solo no gana elecciones; las ganan los territorios, las organizaciones vivas, las comunidades movilizadas. Y la consulta interna debe ser un ejercicio real, no una pasarela. Quien aspire a la presidencia debe recibir un encargo colectivo, no un cargo por imagen: mandatos populares claros, medibles y obligatorios, que le recuerden que está al servicio del constituyente primario, no de sus ambiciones personales.

El adversario no es solo nacional: es una derecha global que avanza hacia el fascismo y que entiende la política como guerra cultural, control narrativo y manipulación emocional. El progresismo debe rediseñar su imagen y su discurso para presentarse como una versión mejorada y más potente del cambio que lideró Gustavo Petro, capaz de emocionar, de inspirar confianza y de derrotar una maquinaria manipuladora pero efectiva.

2026 se decide en la calle y en las urnas, no en salones cerrados. O el Pacto Histórico recupera sus bases, une liderazgos territoriales y se impone como bloque, o la derecha volverá al poder, no por su fuerza, sino por nuestra desconexión. La historia no espera.

Si el progresismo quiere vencer en 2026, debe dejar de comportarse como un club de congresistas y volver a ser un movimiento vivo, territorial y popular.
La democracia directa y la democracia de base no son un lujo: son la única garantía de votos reales.

La consulta interna debe ser un ejercicio verdadero, no una pasarela. Quien aspire a la presidencia debe recibir un encargo colectivo, no un cargo por imagen: mandatos populares claros, medibles y obligatorios.

El adversario no es solo nacional: es una derecha global que avanza hacia el fascismo y que entiende la política como guerra cultural, control narrativo y manipulación emocional. El progresismo debe rediseñar su imagen y su discurso para presentarse como una versión mejorada y más potente del cambio que lideró Gustavo Petro.

https://movimientoprogresistacolombiano.blogspot.com/2025/07/el-dificil-relevo-del-petrismo.html

https://movimientoprogresistacolombiano.blogspot.com/2025/07/colombia-2026-el-congreso-que-lo-cambia.html

EGR MDC continuara....

Ampliación al análisis:

1) Resumen rápido Por qué importa conectar eventos con estrategia

Los eventos que ya hemos documentado (asesinato/gestión mediática de Miguel Uribe; condena y prisión domiciliaria de Álvaro Uribe; cambios estatutarios y fracturas internas en Colombia Humana) no son hechos aislados: forman un corpus que la derecha puede explotar de forma integrada —mediática, judicial y territorial— para reconstruir hegemonía. Lo que sigue muestra cómo esos inputs se transforman en estrategia, y qué experiencias internacionales ofrecen respuestas prácticas.

Cambios estatutarios y fracturas internas en Colombia Humana) tambien benefician a la derecha y perjudican al progresismo.


2) Cómo convierte la derecha un hecho en poder (mecanismo táctico)

  1. Momento emocional → narrativa dominante. Un atentado o crimen se transforma en “historia” (víctima, amenaza, necesidad de orden), y los medios/actores que controlan el relato lo usan para cerrar filas.

    • Implicación: la izquierda debe anticipar marcos narrativos y ofrecer contrapropuestas que traduzcan seguridad en protección ciudadana con derechos, no solo en represión.

  2. Judicialización → símbolo movilizador. Procesos contra figuras emblemáticas (aunque sean apelables) se viralizan como “persecución” o “triunfo” según el actor que controle el relato. Esto permite a la derecha consolidar tribunas simbólicas aún sin la presencia física del líder.

    • Implicación: la izquierda requiere protocolos de respuesta legal + comunicación rápida y veraz para evitar que la judicialización devore el debate público.

  3. Territorio → activación de maquinaria. Narrativa + simbolismo se traducen en movilización territorial coordinada (líderes locales, clientelas, alianzas empresariales y caciques regionales).

    • Implicación: sin nodos territoriales activos, la izquierda pierde la conversión de relato en votos.

(Esta lectura corresponde a prácticas observadas en procesos recientes de la región: el uso combinado de medios y procesos judiciales ha sido decisivo en otras experiencias).

Fuentes que ilustran estos mecanismos y su peso regional: análisis de relanzamiento político y diplomático en Brasil (Lula) y estudios sobre “movement parties” y participación online (Podemos). SciELO Brasilijoc.org


3) Experiencias internacionales — lecciones que importan (compendiadas)

  1. Brasil (PT / Lula)fortaleza territorial y trabajo sindical

    • Lección: la ancha red sindical y territorial del PT permitió revertir el desgaste institucional y volver a competir con eficacia electoral tras períodos de crisis. Mantener estructuras territoriales activas y capaces de traducir beneficios en percepciones locales fue determinante. Wikipedia

  2. Bolivia (MAS)recuperación por base social y legitimidad popular

    • Lección: tras la ruptura violenta de 2019, el MAS volvió porque mantuvo organizaciones campesinas y sindicales que sostuvieron legitimidad y logística —no solo mensajes. Hoy el desgaste interno muestra también cuán frágil puede volverse un partido sin renovación y acuerdos internos. IISSAP NewsFinancial Times

  3. Uruguay (Frente Amplio)disciplina de coalición y rotación de liderazgos

    • Lección: el FA combinó comités de base con reglas internas que protegieron la pluralidad y evitaron la captura por un núcleo parlamentario; eso facilitó gobernabilidad y retención de votos. Wikipedia

  4. España (Podemos) y modelos digitalespotencial y límites de la participación online

    • Lección: plataformas digitales expanden participación pero sin contrapesos institucionales derivan en personalismo y problemas de legitimidad; la tecnología debe ir acompañada de reglas, auditoría y control de concentración. ijoc.orgFrontiers

  5. México (Morena)encuestas y procesos internos mixtos

    • Lección: el uso de encuestas/sondeos internos ayuda a dirimir candidaturas cuando la institucionalidad partidaria está en construcción; pero exige transparencia y auditoría para evitar sospechas de manipulación. Estudios sobre procesos de selección muestran que la participación y la legitimidad dependen mucho del diseño. El PaísPeoples Dispatch


4) Conexión directa: de los tres hechos clave a riesgos y respuestas tácticas

Evento: asesinato / gestión mediática de Miguel Uribe

  • Riesgo: instalación del tema “seguridad” en términos de orden autoritario; atornillamiento emocional de votantes indecisos hacia la derecha.

  • Respuesta táctica (izquierda): diseñar micropropuestas de seguridad comunitaria (iluminación, patrullaje civil + mediación, comisarias de barrio, prevención juvenil) y empaquetarlas con narrativa de derechos y eficacia; activar portavoces locales antes que la derecha monopolice el relato. (Lección: traducir política macro en proyectos locals, como en Brasil y Uruguay). Wikipedia+1

Evento: prisión domiciliaria y visibilidad de Álvaro Uribe

  • Riesgo: judicialización usada como motor de movilización y victimización.

  • Respuesta táctica: combinar defensa institucional (apoyo legal y transparencia) con comunicación que explique procesos y que desactive la narrativa de “persecución” mediante datos y testimonios independientes; fortalecer alianzas con medios alternativos y académicos para contrapesar. (Lección: necesidad de vigilancia mediática y jurídico-comunicacional). ijoc.org

Evento: fractura interna en Colombia Humana / asamblea y cambios estatutarios

  • Riesgo: pérdida de legitimidad ante las bases → erosión de movilización territorial → menores votos.

  • Respuesta táctica: activar procesos de corrección institucional inmediata (padrón auditable, nuevas asambleas territoriales, mecanismos de impugnación expeditos) y anunciar compromisos concretos de apertura (primarias auditadas, mandatos vinculantes). (Lección: mantener democracia interna como activo estratégico, tal como Frente Amplio y MAS lo han demostrado). IISSWikipedia


5) Recomendaciones operativas derivadas del análisis comparado (breve y accionable)

  1. Blindaje narrativo rápido: equipo permanente de respuesta (jurídico + comunicación) con protocolos de 24–72h (verificación, réplica, piezas locales).

  2. Agenda de seguridad concebida desde la base: 6 medidas locales verificables por nodo, con indicadores trimestrales —transformar el tema en capacidad técnica y social, no en demagogia. (Inspirado en iniciativas locales en Brasil y Uruguay). Wikipedia+1

  3. Padrón y primarias auditables: abrir la posibilidad de primarias avaladas por árbitro externo cuando sea posible; si no, encuestas reguladas y auditadas. (Experiencia: Chile/Servel, México/Morena). OpenEdition JournalsEl País

  4. Lista larga y renovación: combinar figuras nacionales con liderazgos territoriales comprobables; cupos jóvenes y paridad para reconectar con la base (lección: FA, MAS). IISSWikipedia

  5. Tecnología con contrapesos: usar votación telemática solo junto a auditoría independiente y alternativas presenciales para evitar suspicacias (lección: Podemos, otros partidos digitales). ijoc.orgFrontiers


6) Cierre: por qué esto es estratégico (síntesis)

Los tres hechos recientes son semillas políticas; en manos organizadas, producen cosechas electorales. La derecha ha mostrado capacidad para articular esas piezas como una estrategia total; la izquierda tiene la oportunidad de neutralizar y transformar esos inputs si reconstruye su tejido territorial, moderniza su repertorio democrático interno (padrón, primarias auditadas, listas amplias) y traduce las grandes políticas en resultados visibles en barrios y municipalidades.

Las fuentes consultadas aquí muestran que la resiliencia partidaria depende menos del liderazgo único y más de la estructura territorial, las reglas internas y la calidad de la conversación pública —esa triangulación es la que habrá de definir 2026. Wikipedia+1IISSijoc.orgEl País

Panorama político ampliado: entre provocaciones externas y ofensivas internas

1. Contexto ampliado y nuevos focos de tensión

Isla Santa Rosa — ¿provocación o distracción política?

La isla Santa Rosa, un islote emergente en el río Amazonas entre Colombia y Perú, ha reactivado una disputa territorial latente. Aunque el tratado Salomón-Lozano de 1922 no la contempla, Perú ha actuado para consolidar su control administrativo y simbólico.
El 11 de agosto de 2025, la aparición de una bandera colombiana izada por el alcalde Daniel Quintero fue interpretada como una provocación por Lima. Este acto, sumado a un sobrevuelo de avión militar colombiano y presencia policial en territorio peruano, encendió una nueva crisis diplomática. ([turn0search0], [turn0news17])
Este episodio no solo dispersa la atención de conflictos internos —como la crisis en Colombia Humana—, sino que espejea un movimiento global: la extrema derecha explota símbolos fronterizos y nacionalistas para fomentar rally emocional y cohesión identitaria. Es un modelo similar al “Orbanismo”, donde el control narrativo y la manipulación del miedo externo consolidan poder. ([turn0news20], [turn0search25], [turn0news21])

Geopolítica externa y redes conservadoras

La derecha internacional está tejiendo redes. Ejemplo: el senador estadounidense Bernie Moreno, identificado con Trump, llegó a Colombia para advertir sobre una ola “progresista” que amenaza intereses estratégicos. Su presencia activa en la región forma parte de la ofensiva global conservadora. ([turn0news16])
A nivel global, un analista del Wall Street Journal advierte que “el momento progresista finalmente cedió” ante una ola derechista renovada, anclada en temores económicos, migratorios y culturales. ([turn0news19])


2. Otras piezas del rompecabezas político local

Funeral de Miguel Uribe Turbay

El entierro del senador y precandidato, asesinado tras un atentado en junio de 2025, se convirtió en un funeral político de gran polarización. La ausencia de Petro fue interpretada como distanciamiento; la derecha aprovechó la narrativa de víctima política para resurgir como fuerza emocional central. ([turn0news12], [turn0news10], [turn0news18], [turn0news14])

Tensión interna en el progresismo

La relación entre Petro y la vicepresidenta Francia Márquez se ha vuelto pública y tensa: sonrisas con aparente reconciliación contrastan con críticas previas por exclusión y pérdida de personería jurídica del movimiento “Soy Porque Somos”. El distanciamiento político no es solo simbólico, sino estratégico y divisivo en el seno del progresismo. ([turn0news13])

Gobernabilidad cuestionada

Un artículo crítico destaca que el silencio de Petro frente a señales antidemocráticas —como la reelección o soluciones fronterizas no diplomáticas— resulta preocupante. Su círculo de poder antepone pragmatismo electoral a valores democráticos fundamentales. ([turn0news15])


3. Estrategias del establecimiento y la derecha, comparadas internacionalmente

  • Europa centralizante (Orban, Meloni): erosión de instituciones, militarización de fronteras, guerra cultural identitaria, descrédito de medios libres. ([turn0news20], [turn0news22], [turn0search25], [turn0search26])

  • “Conservative wave” latinoamericana: desde Macri hasta Bolsonaro y Milei, la derecha ha capitalizado la desesperanza social, usando narrativa de “restablecimiento de orden” y deslegitimización del interlocutor progresista. ([turn0search29])

  • Estratagema “Orban-Budapest”: uso técnico y simbólico del Estado para controlar narrativas, dividir a la oposición y perpetuar poder desde un núcleo identificativo nacionalista. ([turn0news20])


4. Riesgos visibles para el progresismo y sugerencias tácticas

RiesgoRespuesta táctica sugerida
Distracción por conflictos fronterizos (Santa Rosa) que erosionan cohesión internaFormulación de política pública de soberanía basada en cooperación binacional, no en espectáculo. Convertir provocación en diálogo y transparencia.
Funeral de Miguel Uribe como epicentro emocional controlado por la derechaActivar rápida respuesta comunicacional centrada en justicia democrática, reconocimiento del dolor y propuesta de paz política.
Polarización con figuras internas (como Márquez) oxida confiabilidadLanzar mecanismos de participación directa (encuestas, asambleas) y comisiones de reconciliación interna.
Erosión democrática desde adentro (silencios ante reelección, institucionalidad ambigua)Panel ciudadano externo de control ético y constitucional, con posibilidades de revocatorias internas.
Avance global de olas derechistas con recursos de manipulación (medios, redes, miedo)Construcción de narrativa territorial, emocional, anti-miedo; formación de “centro progresista con liderazgo ético”, inspirado en experiencias latinoamericanas exitosas (MAS, PT, Frente Amplio).

5. Conclusión integradora

Colombia está transitando un momento donde fronteras físicas e institucionales se superponen. El conflicto de la Isla Santa Rosa, la judicialización política y las tensiones internas son parte de un tablero más amplio: la ofensiva global de la derecha sobrepasa lo electoral; es cultural, simbólica, territorial.

Responder requiere moverse con estrategia emergente: no solo defender lo logrado, sino reconstituir lo colectivo desde la base. Democratizar internamente (listas amplias, mandatos populares, democracia nodal), traducir seguridad en derechos desde el barrio, y estructurar narrativas que emocionen y unan sin caer en divisiones.

La historia no espera, y el progresismo tiene ante sí dos caminos: repliegue institucional o recomposición popular. Lo que pase en Chile y Uruguay mañana nació en cómo organizó bases y articuló su narrativa ayer.


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